Un cuarto, cuatro paredes, un techo, un piso. Una vida
entera puede ser leída sólo si lo observas con atención.
Paredes que se pasan cuentos, el techo que soporta regaños,
castigos y reglas. El suelo que no te deja caer en un vacío sin fin. Las
paredes, ellas solo absorben las lágrimas. Éste cuarto sabe quién llora y quien
hace llorar, quien ríe de verdad y quién lo hace hipócritamente, quién ha
pecado y quién no se atreve a desobedecer. Quiénes respetan, quiénes lastiman,
quién duerme y quién se desvela por otra persona. Resiste los llantos de las
personas, sabe sus debilidades; por quién lloran y el por qué.
Las paredes están presentes en todo momento, saben si se han
lastimado a propósito y quién ha tenido accidentes. Guardan secretos tan
íntimos, que las personas creen que se van a la tumba con ellos, pero aún
quedan las paredes, el techo y el suelo
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Sobre el autor: Carlos -tuto- Curiel, estudiante de primer
año en la escuela de Psicología de la USMA, es uno de los estudiantes que mayor
potencial muestran. Músico virtuoso, excelente estudiante y miembro de la
nómina de estudiantes de Psicología Eros'13, Tuto logra integrar sus talentos
naturales con su conocimiento en psicología, dando como resultado este primer
post de nuestro segmento Pluma Libre.
Síguelo en Twitter: @Tuto_Curiel
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