domingo, 20 de enero de 2013

Detrás de las letras: Eminem, un análisis psicológico, por Rodolfo Hogan



Marshall Mathers, artista conocido como “Eminem, nacido en St. Joseph, Missouri, en octubre 17, 1972. Nunca conoció a su padre, Marshall Mathers Jr., el cual los abandona cuando Eminem todavía es un infante, evadiendo todos los intentos de Eminem por contactarlo en el futuro. Por ende fue criado por su madre, Deborah Mathers, la cual no fue capaz de mantener un empleo por mas de unos cuantos meses, lo que los obligaba a mudarse muchas veces al año. Eminem testifica que podría cambiar de escuela 2 a 3 veces al año, esa fue la parte más difícil para él. Esto fue lo que principalmente afecta su personalidad; no tuvo amigos cercanos, siempre fue un extraño en las escuelas a las que asistía. Era víctima de Bullying siendo abusado física y psicológicamente.

Eminem (niño) con Deborah Mathers


Eminem tuvo que enfrentar desde muy temprano el rechazo de su padre, de la sociedad, los problemas personales y de adicción de su madre lo afectaban directamente.

En su música, sus entrevistas, problemas legales y demás aspectos de su vida adulta se ve reflejado un temperamento sumamente fuerte, es una persona agresiva que no va a dejar pasar una provocación, siempre responde con más fuerza. Esta actitud fue la que lo hizo llegar a la fama dentro del ambiente del Hip-Hop.

Eminem desde muy joven fue un amante de su idioma, estudiaba el diccionario y siempre fue un buen estudiante en la materia de Inglés, sin importar que tan mal estuviesen las notas de las otras materias que cursaba. Al encontrar algo en lo que de verdad era exitoso a menor escala (Clase de Inglés) y le gustaba, trató de hacer esta pasión crecer. Gracias a su excelente vocabulario empezó a introducirse en el mundo de los “rap battles”, competencias clandestinas que consisten en argumentar, insultar y  humillar a tu contrincante haciendo solo uso de rimas, hasta que este no pueda seguir. Aquí Eminem se vé dentro de un entorno en el que predominaba la violencia, y el mejor era el que usaba mejor su vocabulario. Se podría decir que estaba en un ambiente totalmente conocido. Aun siendo un excelente rapero, Eminem no encajaba en el ambiente, ya que la etnia que predominaba estas competencias era Afroamericana, mientras que Marshall es Caucásico. Esto genera muchos conflictos con sus amistades, una vez más sintiendo el rechazo. El rapero afirma tener problemas para establecer lazos de confianza consistentes con mujeres y amistades en general. Podemos decir que tenía un apego temeroso/rechazador viendo su historial.

Todos estas circunstancias a las que estuvo expuesto en su juventud lo hacen convertirse, según muchos compañeros de la música, en un adicto al trabajo, un adicto a su producción musical. Tuvo una oportunidad y la tomó, proclamándose el mismo como el joven blanco, de ropas humildes, sin muchas admiradoras, sin muchos amigos, que podía escribir mejor que ese magnate musical al que todos aclaman. Este sentimiento que expresa (no fueron sus palabras exactas) es un claro recelo hacia los exitosos y populares, ya que él siempre fue todo lo contrario, pero al fin los había superado, meta que marca su vida, y la lleva a cabo por la única dirección que conoce: la Lírica. Aunque no todo es blanco y negro en la vida del artista. El nacimiento de su hija Hailie Jade Scott lo inspira a lanzar su primer álbum como artista independiente, “Infinite” (1999).

Eminem con su hija Hailie        

Fue víctima de las drogas desde su juventud hasta hace años recientes. El testifica que su madre consumía Valium de forma inapropiada, que inclusive la consumía espolvoreándolo en la comida. También testifica que antes de que Marshall fuera a su día de clases, ella le daba alguna droga la cual el desconoce su nombre. Aquí empieza una cadena de abuso de drogas que se va a prolongar, va a crecer, y se va a ramificar a lo largo de su carrera. Su ex esposa Kim también consume drogas estando con él. Podemos notar que Eminem, al ser víctima de Bullying en la escuela, tener tan pocas interacciones sociales, en fin, ser rechazado por el mundo que lo rodeaba, solo le deja como propina una baja autoestima que se va a traducir en ira, frustración, ansiedad y una fármaco dependencia que se ve a lo largo de su vida. Eminem hace referencia a las drogas en muchos de sus álbumes musicales, tanto así que el tema de algunos estaba centrado en las drogas, la producción, consumo y venta de las mismas. Por el mismo motivo que hizo uso de drogas, también podemos notar en su música y sus interacciones que es un temerario de la libertad de expresión, así mismo como de las actividades ilegales, queriendo siempre ser el protagonista de la película. El abuso de drogas lo han llevado a mostrar cuadros de bipolaridad y psicosis que él mismo admite sufrir, haciéndolos incluso herramientas para hacer música y transmitir su mensaje. Relata como no puede salir a divertirse normalmente por su adicción, como siente que su mente trabaja de forma diferente, pero no puede entender hasta el final por qué está enfermo. Según el artista, sus enfermedades y su adicción lo ayudan a hacer música, ya que su manera de pensar lo hace, en cualquier momento, generar letras, y cuando menos se lo espera, en una hora escribió una canción de más de 7 párrafos significativos. No se dio cuenta de esto hasta llegar a su rehabilitación y estar por fin sobrio.

Eminem culpa a su madre Deborah por su adicción a las drogas, la culpa de muchas cosas más, y todo se lo dice en sus canciones. Su música está llena de un lenguaje soez muy directo hacia las personas a las que se quiere dirigir, como lo fueron su madre y su ex eposa. En algunas ocasiones la canción narra la historia hipotética de como asesina a Kim.

Aquí adjunto un segmento de la canción “My Mum”, del álbum “Relapse” (2009)

 “My mum loved Valium and lots of drugs. That’s why I’m like I am because I’m my mum. There’s no one quite like my mum. I know I should let bygones be bygone but she’s the reason why I’m high on what I’m high on.”

Lo que si es cierto es que nunca dejó de ser su madre, y el nunca dejó de ser humano. Cuando su madre está cerca de fallecer, él siente compasión, y por fin dice que la entiende, al estar pasando por los mismos problemas de drogas que ella pasó, puede ver que no es tan fácil aun queriendo mejorar.

Su adicción a las drogas llega a su momento mas grave con el álbum “Encore” (2004), donde él nos dice que al día podía llegar a consumir alrededor de 90 píldoras, entre las cuales están Valium, Vicodin, Seroquel y Ambien, de las cuales, la última lo llevó a perder parte significativa de la memoria hasta 5 años desde que inició el consumo de la misma. Más adelante el artista entra en un círculo vicioso de depresión y drogadicción en el que no podía salir de la cama, a veces ni caminar, y lo único que le quedó fue el consumo.

Aquí vemos un testimonio de Marshall Bruce Mathers III en una entrevista hecha el 2011 por el noticiero Thaindian News

“a lot of my memory is gone. I don’t know if you’ve ever taken ambien, but it’s kind of a memory-eraser. That **** wiped out five years of my life. People will tell me stories, and it’s like, ‘I did that?’ I saw myself doing this thing on [television network] BET recently, and I was like, ‘When was that?’”

Después de este análisis podemos ver como sus experiencias lo han marcado tan profundamente que no se da cuenta de sus errores hasta reflexionarlos por 40 años. Puede que sus características, sus desórdenes mentales lo hayan ayudado a alcanzar la fama y la fortuna, el éxito musical que es lo que ama, pero al mismo tiempo le trajeron mucha desdicha, le trajeron miseria y angustias.

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Sobre el autor: Rodolfo Hogan, estudiante de Psicología, actualmente cursa el segundo año de su carrera. Desde el momento en que llegó a la universidad mostró gran interés por desarrollar una vida universitaria plena y actualmente es el coordinador de deportes de la Asociación de Estudiantes de Psicología. Pero a Hogan (como todos le dicen) no sólo le interesan las actividades extracurriculares, su amor por la psicología lo lleva a aplicar la teoría aprendida en clase en diferentes ocasiones, siendo esta una de ellas. Les aseguramos que los análisis de Hogan serán recurrentes en nuestro blog.

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sábado, 19 de enero de 2013

"De todo hay en la viña de Freud", de Psicología y Ateísmo, por Jesús Baena


A un compañero de clase le preguntó un niño durante su práctica en una escuela: “Eres psicólogo?” mi compañero respondió que si, a lo que el niño replicó: “Ah, entonces eres ateo?”.

Este pequeño episodio producto de la inocente pero ya moldeada mente de un infante me hizo pensar: caramba, ¿por qué piensan que los psicólogos somos ateos?

Antes que nada, quiero dejar en claro que no soy ateo. Creo fielmente en Dios. Sin embargo, soy un hombre de ciencia, y como tal, intento mantener mi mente abierta antes los diferentes puntos de vista (bien sustentados) que se tienen sobre la existencia o inexistencia de una entidad suprema creadora de todo lo conocido. Dentro de este marco deseo se entienda este post como no más que una examinación a una opinión más o menos popular que he notado se tiene respecto a los psicólogos: que somos ateos.

La psicología es una ciencia. Sigue el método científico, se basa en teorías y en el empirismo para sustentarlas. No somos, como señaló uno de nuestros profesores, una “psicología de ocus-pocus”. No somos magos, ni hacemos milagros, ni somos sacerdotes que reciben confesiones. Somos mujeres y hombres de ciencia, y como tales, no podemos cerrar la mente ante el hecho de que no existen pruebas concluyentes que certifiquen la existencia de Dios.

Ahora, ¿esta falta de pruebas convierte a ese Dios en no más que el producto de una necesidad del hombre por tener algo en qué creer? ¿Son Dios y la religión no más que productos de la neurosis colectiva humana?

Aquilino Polaino-Lorente, en su escrito “Freud y la Religión” (que pueden leer acá) resume la opinión freudiana sobre la religión en el siguiente silogismo:

  •  La religión conduce y acrecienta el narcisismo humano (al posibilitar la vivencia de una omnipotencia simbólica sostenida por la imaginación).
  •  Todo narcisismo es una neurosis (en cuanto que aparta al hombre del principio de la realidad).
  • Luego la religión neurotiza.


Muchos psicólogos ateos concuerdan con esta concepción de la religión. Pero son muchos, no todos, y quizá tampoco la mayoría.

Entramos entonces en el tema en cuestión: ¿es necesariamente el/la psicólogo/a ateo/a?

La inmediata y obvia respuesta es: No. Somos psicólogos en formación, sabemos que existen las diferencias individuales, la crianza, el hecho de que vivimos en una cultura tremendamente influenciada por la religión católica y muchos otros factores que hacen imposible que todos pensemos o creamos en lo mismo, de la misma manera.

Y es aquí donde está el punto clave: en la frase “de la misma manera”. Si bien yo creo en Dios, probablemente no creo en él como otros católicos creen en él, o de la forma en que evangélicos, musulmanes, o de cualquier otra religión creen. Nadie cree, piensa ni se comporta de la misma manera que nadie. Cada hombre es un mundo, y si bien es posible detectar similitudes en los patrones de personalidad humana, nunca dos personas pensarán igual.

"Si dos individuos están siempre de acuerdo en todo, puedo asegurar que uno de los dos piensa por ambos." -Sigmund Freud 

Creo que la manera en que se creen en Dios es lo importante en este tema. Quien crea ciega y fanáticamente en Dios, probablemente no salga de esa caja -y le digo caja no por criticar la creencia en lo divino, sino porque creer fanáticamente en cualquier cosa sin aceptar (aunque no se comparta) ningún punto de vista que no sea el propio, para mi, es de mentes débiles (como la de un narcisista)- probablemente esta persona tendrá problemas en aceptar el conocimiento científico que apunta en dirección contraria a sus creencias, pero quien, por lo contrario, tiene una visión más flexible de lo divino, de Dios y de su relación con la existencia de este universo, no verá la relación entre lo científico y la religión como una calle que se divide en dos, y que sólo se puede escoger uno de los dos caminos y olvidar por completo el otro, sino como otro punto de vista de la realidad, producto de la maravillosa mente humana y que puede o no tener que ver con lo divino, pero no por ello es más o menos que la creencia religiosa.

Para mi la religión y la ciencia no son variables mutuamente excluyentes, y creo que es esto lo que me permite seguir orando todas las noches sin dejar de creer en la ciencia.

Como en todo, los extremos son malos. Cerrarse ante la posibilidad de estar equivocado es el peor error que un hombre de ciencia puede hacer. Que cualquier hombre puede hacer, en realidad. ¿Han notado lo difícil que es entablar conversación sobre cualquier tema con un fanático religioso, no siendo uno fan del dogma religioso? Es ridículamente difícil no salir molesto y quedar diciendo “¡CON ESTE MENTE CERRADA NO SE PUEDE HABLAR!”

Pero al decir eso, ¿no estamos cerrándonos nosotros también? 

No digo que tengamos que creer en todo, digo que podemos creer en lo que queramos creer y mantenernos fieles a nuestra creencia sin tener que encerrarnos en una burbuja dentro de la cual no vemos, escuchamos ni aceptamos ningún otro punto de vista que difiera ligeramente del nuestro.

No hay perspectivas buenas ni malas. Sólo hay perspectivas. Lo que te sirva a ti, pues te sirve y bien por ti, pero no será lo que le sirve a todos. No caigamos en la trampa de creer tener la verdad absoluta sobre las cosas, tal cosa no existe. La verdad es subjetiva. Cada quien se fabrica su propia verdad y, siempre y cuando no seas un psicótico, pues tu verdad es lo que te hace funcional A TI. Pero no podemos decir que mi verdad o la tuya es la que funciona, porque todas funcionan para cada quien (de nuevo, siempre y cuando no sean producto de una psicosis).

Creo que lo que intento decir es: hay psicólogos ateos tanto como hay no ateos así como también hay personas homosexuales como no homosexuales, negras y blancas, bajas y altas, que les gusta pokemon o no, etc., etc… ¿Eso significa que somos diferentes? 

¡CLARO QUE SI! ¡TODOS SOMOS DIFERENTES!

Todos pensamos diferente, todos creemos diferente, todos tenemos una mente que es un mundo totalmente diferente al de cualquier otro ser humano que haya existido en la historia. Y eso, precisamente, es lo hermoso del ser humano y de nuestra carrera, ¿o no?

…y no, no todos los psicólogos son ateos, ¡carajo!



Memorias, por Yoselin Francis

Era un día normal, escuchaba distraídamente el sonido del viento, sentía el calor azotar mi piel, y el aroma de la grama recién cortada se filtraba en mi sistema. Mis sentidos libraban una batalla con mi voluntad, mis sentidos necios no me perdonaban, me aferraban a la realidad, justo cuando buscaba una desconexión del mundo, de lo terrenal.

Cerré mis ojos, en la búsqueda de aquella bella oscuridad con la que empiezan mis más fabulosas fantasías, sede de mis sueños más vívidos. El lugar de nuestros encuentros, donde eres mío. Enfoco mi mirada, y de pronto te veo, tan glorioso y hermoso, haciéndole justicia a cada uno de mis recuerdos. Recorro tu cuerpo con mi mirada, y me detengo en tus ojos comprensivos que me miran con cariño, mi corazón se salta un latido al reconocer la presencia de su dueño. Sin que yo lo advierta, mis pies me hacen desplazarme y me aproximo con suavidad, temiendo que te desvanezcas con cada paso que doy, y observo que me sonríes con tranquilidad. Sin que mi consciencia lo advierta, me encuentro corriendo hacia ti, en esta superficie inexistente que me sostiene. Aquellas ilusiones que me acercan a ti. Mis manos te buscan con desespero, y me doy cuenta que por más que te toque mis manos no te reconocen. Mi alma se acongoja, y derramo lágrimas porque mis fantasías encuentran sus límites, porque la memoria está desgastada. Sin embargo, siento una de tus manos en mi mentón y observo tus ojos hermosos y comprensivos que se acercan a mí, y sin sospecharlo me doy cuenta que tu mirada fue la invitación que me hicieron tus labios cuando los siento en los míos. Es con nuestro beso que pierdo el control, y mi cuerpo es posesionado por esta dichosa e intensa euforia que me inunda.

Porque estás aquí.

Porque estás conmigo.

Porque el amor está intacto.

Y sin más, vuelvo a sentir el calor en mi piel, el aroma de la grama recién cortada, y los sonidos distantes del viento. Sin embargo, esta vez extiendo mi mano para sentir el frío de tu lápida mientras cierro mis ojos buscando aquella bella oscuridad donde me encanta fantasear, donde sé que te voy a encontrar.

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Sobre el autor: Yoselin Francis, o Yosi, como le dicen todos sus amigos, es una de las mejores estudiantes de su grupo de cuarto año. En sus escritos se ve reflejada la madurez y el conocimiento adquirido sobre las emociones humanas estos 4 años de carrera. Fanática de Calle 13, la buena salsa y en general los ritmos tropicales y la sana diversión, Yosi representa un claro ejemplo de que un buen profesional sabe balancear su vida entre lo académico y lo social, sin sacrificar una o la otra.

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jueves, 17 de enero de 2013

Llegadas, por Desiree Mena

Su corazón latía con fuerza y la adrenalina le hacía temblar. Buscó en su celular una canción que describiera su emoción, pero ninguna parecía adecuada. Se decidió por una de todos modos y puso el playlist en random.

Crystal Castles - Alice Practice

El resto de la familia se encontraba en un lugar más apartado, y eso no le molestaba para nada. Sería ella quien le recibiera primero, quien le sentiría en sus brazos primero, a quien vería primero una vez que llegara a su tierra natal. Se dejó llevar por los alocados y tensos ritmos que emitían sus audífonos. Sus pequeños movimientos iban más allá de lo ridículo, pero qué importaba eso.

De la puerta para pasajeros con visa norteamericana salieron jóvenes uniformados. Cada vez que la puerta se abría, el motor de su pecho se alteraba, para luego volver a un paso semi-normal.

Muse - Eternally Missed

Esa canción describía perfectamente la locura a la que le estaba llevando la espera. Había pasado media hora más de lo estipulado, y su emoción parecía tomarse de la mano con su impaciencia. De la puerta sale un chico rubio, buscando con la mirada al ser querido que lo esperaba. Una chica lo vio  y caminando con prisa, ambos acortaron distancia y se besaron apasionadamente. La gente miraba. La distracción le duró pocos segundos, ella tenía su propia espera. Qué felicidad, la espera terminó para ellos dos. Pero ella tenía la suya pendiente.

Su celular eligió una canción exasperantemente lenta, y pasó con impaciencia esa y otras varias canciones. Volvió a buscar una por sí misma.

Paramore - Decoy

Más uniformados. Más hombres, más mujeres salieron por las puertas corredizas, que para su impaciencia, eran traslúcidas, casi opacas, de varios tonos de azul. Se vuelve a abrir. Sale una familia con muchas maletas. Suspiró. ¿Cuánto duraría? No era justo. Otro hombre con dos maletas. No se termina de cerrar la puerta cuando ve a un chico que parecía algo despistado, el aeropuerto no se veía igual que la última vez que llegó. Y de eso años. La emoción de la chica subió de su estómago y su pecho a su cara, tensando sus músculos en una inevitable sonrisa y haciendo brillar sus ojos. Ella traspasó la cinta azul que separaba a los expectantes de los que llegaba, y corrió a darle un abrazo.

No era posible describir lo que sintió al ver a ese muchacho de cabello rizado y gafas sonriente, más reconocible de lo que pensaba, después de tantos años viéndose solo por internet y escuchando sus voces por teléfono. Se abrazaron por varios segundos, y por supuesto, no importaba en lo más mínimo quién mirara. La espera definitivamente lo valía.

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Sobre el autor: Desiree 'Desi' Mena, estudiante de Psicología, amante de los gatos, la música y la buena lectura se une a la lista de escritores de este blog con una primera entrada que nos deja deseosos de conocer más sobre su estilo tan particular de describir las emociones de sus personajes. Les aseguramos que leerán más de esta aspirante a cantante de ópera muy pronto.

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