La
psicología femenina comprende una temática profunda y a su vez, compleja. Junto
a ella, encontramos en nuestra sociedad actual que los conceptos de lo
masculino y lo femenino se han tergiversado y contaminado de aspectos que
evitan nuestra aproximación a este tema tan relevante.
Los
hombres cultivamos un problema base, nuestra femineidad se encuentra en el lado
inconsciente, y sólo nos podemos aproximar mediante imágenes del mismo. La
pregunta de lo que significa ser femenino o en lo que consiste la femineidad no
surge en conversaciones coloquiales. Resulta curioso para mí que en la manera
en que a los hombres nos fascina hablar de la femineidad, a las mujeres les
fascina hablar de la masculinidad, esto en resumidas cuentas complica el
trabajo, más no lo hace infértil.
Desde
mi punto de vista revestido del aspecto puramente masculino, he encontrado que
a lo largo de la historia, la femineidad siempre ha sido entendida desde una
óptica masculina. Buscándole un sentido y un fin, ser entendida parte por
parte, lo cual, a fin de cuentas, es muy difícil y reduce lo que podemos
conocer, o mejor dicho sentir sobre la femineidad.
Simplemente
con intentar explicar la femineidad desde lo masculino resulta problemático; sin embargo, es importante nombrar algunas nociones colectivas que se tienen
sobre la femineidad.
- Mujer como tentación y el hombre como víctima de la tentación (e.g. Adán y Eva, Sansón y Dalila, las sirenas)
- Las brujas como el polo negativo, las que nos engañan y nos hunden; las hadas como el polo positivo, las que nos encantan, la parte luminosa de la bruja.
- La publicidad (piensen en los comerciales de cerveza, en los comerciales de autos de lujo)
Lo
que más podemos apreciar es una imagen de lo femenino como aspecto negativo,
algo que logra que nosotros los “pobres” hombres estemos a sus pies y que
gracias a ello, seamos condenados.
Todos
poseemos todos los arquetipos, son las circunstancias que atravesamos en la
vida lo que potencian la manifestación de unos sobre otros, de manera que no
todos aparecen; de esta manera, algunas mujeres y algunos hombres manifiestan
aspectos de su femineidad en su vida, mientras que otros permanecen dormidos, la
femineidad por lo general se manifiesta de tres maneras en una sola.
Exploremos
un ejemplo sencillo, tenemos una muchacha estudiante de psicología, trabaja en
una escuela pequeña, podemos verla tratando a los niños con delicadeza o
regañándolos; aquí observamos el arquetipo de madre. Más tarde llega su novio a visitarla, por lo
que se acomoda el cabello, lo mira de cierta manera, le sonríe, le da un beso;
el fin es encantarlo y con ello podemos apreciar el arquetipo de hada.
Finalmente, se va con el novio en una moto y con esto vemos una manifestación
del arquetipo de la hija. Las mujeres manifiestan todo esto junto, porque lo
tienen en sí mismas. Dependiendo de la situación y en base a lo que han
aprendido expresan el arquetipo.
Creo
que a modo de conclusión debemos plantear un poco la diferencia entre lo
masculino y lo femenino, y ello radica en lo receptivo de lo femenino y lo
activo de lo masculino. Pongamos un ejemplo, pensemos en una conversación,
quien habla realza lo masculino, quien escucha realza lo femenino. De esta
manera, espero despertar en ustedes un poco de curiosidad en los aspectos
femeninos propios, crear dudas y poco a poco, a medida que paseemos por la
vida, irlas aclarando.
---------------------------
Autor:
José I. Vargas.
Revisión
por Diana Suárez
No hay comentarios:
Publicar un comentario